Cuando yo era estudiante de Magisterio, un profesor me encomendó hacer un trabajo sobre "Summerhill", un libro que hablaba de una escuela progresista en la que el principal objetivo era curar la infelicidad de los niños-as. Lo fui leyendo y, según iban cayendo las páginas, aquel modelo educativo me hizo reflexionar mucho, pero acabé pensando que era un sueño y no una realidad.
Magisteritza ikasten nuenean, irakasle batek “Summerhill” izeneko eskola aurrerakoiari buruz lan bat prestatzea agindu zidan. Eskola honen xedea umeen dohakabetasuna sendatzea zen. Orrialdeak irensten nituen heinean, hezkuntza sistema hark biziki hausnartarazi zidan, baina ezinezko ametsa zela pentsatu nuen.
Buscando un título para esta publicación, pensé en "La escuela de los niños y niñas felices" y lo pinché en google, descubriendo que ya existe un libro con este estimulante título.
Argitalpen honentzako izenburu bila
nenbilelarik, “La escuela de los niños y
niñas felices” ontzat jo nuen eta
bilatzailean idatzi nuenean,
izena bera daukan liburua badagoela ohartu nintzen.
Dediqué las horas de una de mis noches a leer artículos relacionados con este tema y me interesó tanto que el sueño no vino a visitarme (durante esa noche). Y al amanecer me pregunté: ¿Existe la escuela que Gudrun Pausewang describe en su libro?
Gau oso batean gai honekin loturiko artikuluak irakurri nituen eta, gaian murgildurik, logurarik ez. Egunsentia etorri zelarik, Gudrun Pausewangek deskribatzen duen eskola existitzen zen ala ez neure buruari galdetu nion.
Reflexiones de un viejo maestro de pueblo, Rober Areizaga Ollobarren.
Gau oso batean gai honekin loturiko artikuluak irakurri nituen eta, gaian murgildurik, logurarik ez. Egunsentia etorri zelarik, Gudrun Pausewangek deskribatzen duen eskola existitzen zen ala ez neure buruari galdetu nion.
Reflexiones de un viejo maestro de pueblo, Rober Areizaga Ollobarren.
«El único cuidado que habría necesidad de practicar en
la escuela es la cura de la infelicidad. El niño difícil es el niño infeliz.
Está en guerra consigo mismo y, por tanto, está en guerra con el mundo.
El adulto difícil va en la misma barca. Ningún hombre feliz ha perturbado nunca una reunión, ni ha predicado la guerra, ni ha linchado ningún negro. Nunca ninguna mujer feliz ha tratado a regaños el marido o los hijos. Nunca ningún hombre feliz ha cometido un asesinato o un robo. Nunca ningún patrón feliz ha aterrorizado a sus empleados.
Todos los crímenes, todos los odios, todas las guerras, se pueden reducir a una sola palabra: infelicidad. La intención de este libro es hacer ver cómo nace la infelicidad, cómo arruina las vidas humanas y como se puede ayudar a los niños de manera que la mayor parte de esta infelicidad no llegue a nacer nunca» NEILL, Alexander S. Summerhill, Barcelona: Eumo, 1986. (págs 3-4, 7)
El adulto difícil va en la misma barca. Ningún hombre feliz ha perturbado nunca una reunión, ni ha predicado la guerra, ni ha linchado ningún negro. Nunca ninguna mujer feliz ha tratado a regaños el marido o los hijos. Nunca ningún hombre feliz ha cometido un asesinato o un robo. Nunca ningún patrón feliz ha aterrorizado a sus empleados.
Todos los crímenes, todos los odios, todas las guerras, se pueden reducir a una sola palabra: infelicidad. La intención de este libro es hacer ver cómo nace la infelicidad, cómo arruina las vidas humanas y como se puede ayudar a los niños de manera que la mayor parte de esta infelicidad no llegue a nacer nunca» NEILL, Alexander S. Summerhill, Barcelona: Eumo, 1986. (págs 3-4, 7)
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